A nadie le gusta irse de un sitio cuando se ha acostumbrado a él.
Es lo mismo que si después de hacer amigos te los quitan.
Es algo que duele, porque esas personas son todo para tí. Porque pasastes por una mala racha y ellos te sonrieron y abrieron los brazos para que tú no estuvieras mal.
Porque duele más perder la verdadera amistad que una herida profunda e incluso que perder la vida. O... precisamente sea eso, que estás como si te hubieran quitado la vida, porque tu vida son ellos.
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