Pececitos

lunes, 25 de octubre de 2010

Yo tengo arrugas en el alma, tú piedras en el corazón.

Dejé de lado todo los sentimientos, tal vez solo me llevé a la rabia; no estaba llorando, mis lagrimas ultimamente, son rabia contenida, que en cierto punto tienden a revelarse, no aguanta más y terminan por explotar.
Salí corriendo, esta vez hacia delante, no pensaba quedarme ni un minuto más en aquel banco, esperando, esperandote. Siempre pensé que era inútil seguir sentada, viendo pasar cada oportunidad...Y esas oportunidades pasaban, yo les sonreía y ellas, con una mirada encantadora me decían que me fuera con ellas a dar una vuelta. Yo les decía que, por muy tentadora que fuera la propuesta, no podía irme, porque estaba esperando a alguien y si me iba, lo perdería. Ellas siempre me decían: tú te lo pierdes. Y se iban saltando y alegres calle abajo. Pero yo me consolaba pensando, diciendome a mi misma, que la espera iba a merecer la pena, que todo lo bueno se hace esperar.
¿Te compensa, Ire? -Nose...Yo creo que sí, sí.
Y me quedaba esperando, escuchando música de vez en cuando para no aburrirme, pero me aburría igualmente; y lo pasaba mal (ehm... sí) Porque seguían pasando oportunidades, cada cual mas tentadora, y a cada una le decía que no.
Ahora, por primera vez en mucho tiempo, siento el aire contra mi cara; por primera vez en muchisimo tiempo corro hacia algo que quiero, que deseo con todas mis ganas...Algo que sé que me va a compensar por lo poco que espere...O por lo mucho.
Pero tengo algo claro...No volveré a perder el tiempo por algo que no merece la pena, ni que la va a merecer. Aunque sé que volveré a caer en lo mismo con lo mismo, pero de manera distinta.

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