Pececitos

viernes, 26 de noviembre de 2010

Allí estaba yo, sentada en las escaleras de tu portal. Supongo que te estoy esperando, pero la verdad que no sé que hago aquí. La última vez que nos vimos juré que no volvería a caer en la trampa. Yo siempre cumplo mis promesas, el que caerá serás tú, así cumplo lo que dije y vuelvo a hacer aquello que quiero.
Te veo entrar, te quedas "paralizado" al verme allí sentada.
-¿No tenías algo mejor que hacer?
+Si quieres me voy.
-No quiero. La que quería eras tú.
+Lo se, pero he vuelto, ¿te molesta?
-Para nada.
Te acercas, me levanto; te doy un abrazo, (de esos que tanto te gustan y que no eres capaz de no devolvermelos con un beso). Pero esta vez es diferente.
-No voy a caer.
+Tampoco venía con esa intención.
-No me engañas; te conozco muy bien. Jurastes no caer, yo juré no hacerte daño.
+Si me besas no me harás daño.
-Vamos princesa, ¿a donde quieres llegar? ¿No te das cuenta? Te mientes a ti misma.
+Me voy, pues.
-"Dame algo con lo que soñar esta noche, antes de irte. Dejame ese recuerdo bonito, que me dure para siempre y que me haga pensar que solo eres y serás mia."
+Te dejaré un recuerdo, no precisamente bonito. Te dejaré algo con lo que soñar esta y todas las noches. Y que te haga pensar que nunca voy a ser tuya.
Me acerco, hasta ese punto en el que escuchas los latidos de mi corazón y respiras mi aliento como si fuese el tuyo. No te beso; de eso ya se encargarán "tus sueños"...

No hay comentarios:

Publicar un comentario