Pececitos

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Otro dia normal, fuera de lo corriente.

Termino de hacer las tareas, me voy a mi cuarto y enciendo el ordenador. Son las cinco y cuarto de la tarde de un sabado, es lo mejor que puedo hacer: todavia no hay planes. (Aunque la verdad esque no tengo muchas ganas de salir). Dos mensajes privados, tres comentarios, cuatro fotos etiquetadas, ocho comentarios en fotos, tres eventos y una invitación de juegos. Empiezo por los comentarios (nunca sigo un orden concreto). Respondo a todo, rechazo los eventos y demás (como siempre, no me molesto ni en leerlos). Leo los privados; supongo que ya tengo planes.

No me agrada la idea de salir a ningún sitio, pero me desagrada la idea de quedarme aquí encerrada. Me arreglo, pido permiso, cojo las llaves y me voy. Podría haber ido en coche, llego tarde, hubiese venido bien. Pero prefiero que me de el aire. Voy despacio, sin prisas (no tengo porque tenerlas). Paro en un quiosco, compro la bollsa de pipas de todas las tardes (supongo que ya es algo rutinario). Llaman preguntando que en donde estoy y si voy a tardar mucho, les digo que estoy cerca(relativamente), pero que tardaré su tiempo en llegar; me responden que tienen que ir a un sitio.
+No hay problema, ya os alcanzaré.
-Yo me quedo a esperarla.
Se acaba la conversación.
Esa última frase...Me pareció que era su voz, pero lo escuché demasiado lejos como para confirmarlo.

Cuando llego a la plaza, (me lo esperaba), estaba él, sentado en un banco, se quedó esperandola.
Dos besos, como siempre (vuelve a ser algo rutinario). Pregunto donde se han ido los demás, si está muy lejos o si van a venir.
-No se.
Empezamos con "monosilabos" y esas estúpidas sonrisas.
Va a ser una tarde de rutina, pasará lo que pasa siempre cada vez que estamos juntos, solos, o en medio de un montón de gente pero que solo nos vemos el uno al otro. (-.-)
Me agarra la mano y da un paso hacia delante, me suelto y retrocedo dos pasos. (Que irónico). Vuelve a avanzar, esta vez no me muevo.
-¿Qué te pasa?
+No quiero.
-¿El qué?
(Sabe perfectamente de lo que hablo, sabe todo; pero siempre a querido que lo dijera la otra persona)
+Hacer nada.
-Sí quieres.
+No, esta vez no.
-¿Puedo saber el por qué?
+Porque ya se ha vuelto rutinario, cada vez que te veo, tiene que pasar algo.
-Te gusta; o por lo menos te gustaba.
+Es lo que tiene, la rutina me cansa.
Me sonrie, esa sonrisa "picarona" que saca siempre que se sale con la suya.
-¿Entonces quiere que vayamos con los demás?
+No
-Bien.
+Naah
Me agarra de la cintura, y me susurra al oido, que esta tarde soy solo suya.
Siempre lo soy cuando estás cerca.

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