Terminar en medio de ninguna parte, con la misma canción y con el mismo pensamiento en tu mente. Dejar que el agua de la lluvia caiga por tu rostro llevándose los restos de aquellos besos. Esos besos que intentas olvidar pero que siguen ahí, como si los hubiesen grabado con fuego en tu piel.
Y acabar con un suspiro, tumbandote en el césped mojado recordando, una vez más, aquellas estúpidas palabras.
me gusta, me recuerda a mí
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