De volver a ponerme las botas, esas blancas con rayas azules que he llevado en tantos partidos. De volver a pasar por ese pabellón, en el que han pasado tantas cosas. De volver a entrar en él, y ver a esas compañeras que son mas que unas simples amigas. De volver a abrazarlas. De volver a coger un balón, tirar y escuchar, sentir, el sonido de una canasta que entra limpia.
Esa sensación de volver a recuperar una gran parte de mi.
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