Pececitos

sábado, 23 de abril de 2011

A qué sabe ese momento.

Apareció en la cocina con una maleta y la chaqueta puesta, cogió una galleta y se dirigió hacia la puerta para irse.
-Buenos días.
+¿A dónde vas?
-A ninguna parte, ¿te vienes?
Abrió la puerta y el tiempo se paró durante unos segundos para ella; se volvía a ir, casi sin avisar. Le daba igual, pero no quería que se fuera tan pronto.
-Venga, pequeña. Me voy, y esta vez me gustaría irme contigo.
+¿Pero a dónde vamos?
-¿Vamos?
Él sonrió, con esa media sonrisa que a ella le volvía loca.
+Bueno, vas.
-Iremos a todos los sitios, sin quedarnos en ninguno de ellos. Estaremos en todas las paradas de autobús sin montarnos en ninguno.
+Es una locura.
-Por eso quiero que vengas. Quiero que sea nuestra locura.
+¿Por qué ahora si me llevas contigo?
-Porque ahora quieres renunciar a todo cuanto tienes.
+ ¿Y tú que sabes?
-Se que no quieres perderme.
+Egocéntrico.
-Y realista. Venga, te gustará.
+Eres requemante.
Ella se fue hacia su cuarto y cuando salió solo llevaba una mochila y su mejor conjunto. Cogió una galleta y salió por la puerta de su casa.
-Pero no has dicho que no.
+Cierra la puerta antes de que me arrepienta.
-No te arrepentirás, te lo aseguro.

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