Tú destrozastes en tan solo un segundo ese mito.

-Eres una egoísta.
+¿Por qué? ¿Por querer ser la protagonista de mis sueños?
-Sabes que no hablo de eso.
+¿Entonces? No te entiendo, de verdad. Siempre con las mismas mierdas.
-¡No son mierdas, joder! ¿No lo entiendes? Aunque no lo veas, solo piensas en ti. Por mucho que digas que siempre estás pensando en los demás es mentira, ¡todo lo que dices es mentira! Date cuenta de una maldita vez, que si ayudas a los demás es solo por tu bien.
+No es así.
-¿Y entonces cómo es? A ver, tú que tanto sabes lo que haces.
+¿Y tú si sabes lo que hago? ¿Tú si me conoces?
-Te conozco mejor que te conoces tú.
+Mentira.
-Eso te crees.
+No, no me creo nada. ¡Es así, ostias! Odio a la gente que piensa que me conoce, que cree saber todo de mi cuando no lo es, ¡para nada!
-Te equivocas.
+Ah no... el que se equivoca aqui eres tú. Apareciendo después de tanto tiempo buscandote, despues de esperarte tanto tiempo, vienes como si no hubiese pasado nada. ¿Y sabes? A pasado mucho, han cambiado muchas cosas. Ya no soy la cria chica que dejastes tirada en medio de ninguna parte hace unos años. He cambiado, ya no te necesito.
-Sí que me necesitas.
+No. Aprendí a vivir sola, sin ayuda de nadie.
-Mentira.
+Tú si que eres una mentira. ¿Esperas que te reciba con una sonrisa? Te fuistes cuando más te necesitaba, te fuistes cuando más estaba sufriendo, cuando más necesitaba tu ayuda.
-Lo se.
+Ya se que lo hiciste aposta, cabrón. Para hacerme mas fuerte y todas esas mierdas que sueltas por esa maldita boca. Y ahora tienes las consecuencias de lo que hicistes.
Por primera vez él no sabia lo que ella pensaba, se quedó callado, miraba con cara de asombro, esos ojos verdes que seguian siendo iguales pero distintos que la última vez.
+Te fuistes para no volver, recuerdalo.
-Te arrepentirás.
+Me arrepiento todos los días de mi vida de todos los pasos que doy continuamente. De errores se aprende, ¿no? Aprendí a no depender de nadie, y menos de tí.