Recuerdos metidos en un frasquito de plumas.

Ha pasado tanto tiempo desde entonces... Tantas personas subidas a tantos trenes que solo llevaban billete de ida, tantas caladas a tantos cigarros. Ha llovido tanto en aquel parque, le ha dado tanto el sol a esos recuerdos que se han terminado quemando. Y ahora que vuelve el frío... No sabe qué hacer.
Han pasado muchas cosas sí, pero ella sigue siendo la misma, sigue creyendo que se conoce cuando no es así. Sigue creyéndose fuerte cuando es débil, muy débil. Sigue colgándose de cualquier boca que le diga cuatro cosas bonitas y le sonría. Y ya no sabe qué hacer, está cansada, está muy cansada para hacer nada. Excepto para recordar, para eso siempre tiene tiempo, ganas y fuerzas. Aunque sea eso lo único que la está matando poco a poco, por dentro, sin que nadie se de cuenta, ni si quiera ella a veces. Su puto pasado.