¿Sabes? Sobrevivo gracias a esos segundos en los que me miras y sonríes. Esos escasos segundos en los que, por alguna extraña razón del Universo, decido levantar la cabeza del suelo y mirarte a los ojos. En los que me atrevo, y menos mal, a intentar volar un poquito mirándote. Lo que no sabes es que me da igual si hay nubes o no allí arriba, que es una escusa que utilizo, porque ahora no tengo tus besos. Que no soy como tú, y yo necesito algo de polvo de hadas para despegar los pies de la tierra, cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario