Pececitos

domingo, 28 de noviembre de 2010

Mientras nadie sepa nada..

Y aquí estoy, en algún rincón de este colegio. Donde solo tres personas saben que vengo. Nunca viene nadie, solo cuando alguna clase de preescolar tiene ensayo para los teatros de fin de curso o de Navidad; por lo tanto, no tengo a nadie que me moleste. Eso está bien, venir aquí en los recreos poner música, esa que siempre pongo cuando quiero desconectar, y escribir. Supongo que así, sí encuentro inspiración. Me puedo imaginar miles de cosas...

***
Aunque esta vez esté aquí dentro, aunque quiera salir corriendo de este madlito lugar; tengo la extraña sensación de que tengo que hacer algo.
Es de noche y no se por qué demonios estoy aquí. No esque me vuelva loca recorriendo todos estos pasillos, esque, si no me gusta ni estar aquí por las mañanas...
En fin, tiene un algo extraño que me gusta, que me atrae hacia ninguna parte. El sitio es muy, muy grande; no se cuanto tiempo tengo, pero no creo que me de tiempo a recorrerlo todo, de arriba a bajo.
Empiezo por el patio, ya que estoy ahí. Termino pronto, se ve todo a simple vista. Me dirijo hacia la planta principal, miro en cada cuarto, cada rincón. Todo es distinto, no se por qué me asombro tanto, si ya estoy cansada de verlo, no ha cambiado nada en los ultimos cuatro años. Esta vez...
Oigo un portazo. Sinceramente, no le doy importancia...Pero me parecere raro... ¿a estas horas de la madrugada? . Aparto ese tema y sigo con mi... "¿busqueda?".
Subo las escaleras, la segunda planta es otra cosa, hay mas pasillos, mas clases. Entro en todas ellas, me quedo mirando la ventana de una de las clases que dan hacia la calle. Luna llena, sí, lo tipico, pero esta luna es amarilla o veis, mejor dicho. Una luna enorme y preciosa.
Oigo pasos...Vale sí, empiezo a preocuparme. Hay alguien mas en este... "sitio". Salgo de la clase y subo al tercer piso, el último. Bueh, tecnicamente hay un cuarto, pero solo es una habitación sin manillar en la puerta y que no se puede abrir. Sigo oyendo pasos, esta vez mas cerca...Está subiendo las escaleras. Intento abrir las puertas, solo abre una... Vale, bien, no me gusta esta clase. Ya no tengo escapatoria, si salgo me verá y si me quedo tambien, evidentemente. A no ser que me tire por la venta, o que por arte de magia me vuelva invisble, o que "esos pasos" no tengan ojos, creo que me va a ver. Decido por quedarme sentada encima de una mesa, no tengo miedo; presiento que no va a ser nada con lo que pueda morir o algo por el estilo, pero tampoco se con certeza que es. Se abre la puerta.
-¿Qué haces a qui?
+Puedo preguntarte a ti lo mismo.
-No, no puedes.
+No empecemos con las estupideces.
-No son estupideces, es mi forma de ser. Te guste o no soy asi, no voy a cambiar.
+Ambos sabemos que no eres así. Venga, estamos los dos solos en este colegio, no tienes porque mostrarte como alguien que no eres.
-Parece que me conoces de toda la vida, y no llevamos ni medio curso juntos.
+Rectifico, medio curso viendonos. No estamos juntos, ni vamos a estarlo. Lo sabes.
-Yo se que te mueres por hacer lo que se te antoje conmigo.
+¿No lo hago ya?
A cada palabra que decia, se iba acercando más. Hasta que quedamos el uno enfrente del otro; a un paso de sentir el aliento del que estaba enfrente.
Vuelvo a escuchar un portazo. Salgo de la clase corriendo, no veo nada...
-Será el aire.
+Eso pensé yo cuando escuché tu portazo...
-¿Quieres decir que terminarás con la persona que ha dado el portazo como casi terminas conmigo?
+Imbécil.
Salimos los dos al pasillo principal, nos dirigimos hacia las escaleras. Me asomo, para ver si sube alguien. El ruido se escuchó lejos, la puerta del patio...Nos daria tiempo a escapar por las otras escaleras en caso de peligro. Veo una sombra. Él se asoma tambien.
-¿Has visto eso?
Me asomo una tercera vez. Lo vi perfectamente...
+¿Un hombre con un sombrero negro y una cazadora del mismo color? Sí.
Me agarra de la mano y hace un gesto para que le siga. Voy detrás suya, sigue sin soltarme la mano. Bajamos, silenciosamente, las escaleras pequeñas; esas que tienen que bajar uno detras de otro porque si no no caben. No nos sigue nadie.
Bajamos hasta "el sotano". En realidad no hay sotano, solo es el fin de las escaleras. Hay dos puertas, una da para el salón de actos y la otra... La verdad que no lo se. Nos quedamos los dos en ese rinconcito enfrente de la puerta.
-Ibas a hacer algo allí arriba...

+¿Salir corriendo?
-Venga... pequeña.
+Si tantas ganas tienes, ¿por qué no lo haces tú? Eso es lo que te falla, lo que te ha fallado siempre y por lo visto te seguirá fallando; el orgullo.
Se acerca, está justo delante mia. Me coge de la mano y me dice;
-¿Crees que no me importas lo suficiente como para tragarme el orgullo?
+Creo lo que me demuestras.
-Todavia no te he demostrado nada...
+¿Y a que esperas para demostrarmelo?
Entonces me besa. Es un beso dulce, lleno de cariño; algo que nunca pensé que sentiria estando al lado suya o que el me demostrase. Se separa de mi, no mucho, lo suficiente como para mirarme a los ojos.
-Lo siento.
+¿Por qué?
-Por no haberme dado cuenta antes de la sinceridad y la ternura de tus ojos, por no haberte demostrado antes todo lo que has llegado a significar para mi.
Vuelve a besarme. Tengo que admitir que me encanta, que estar despues de todo este tiempo, de esta manera con él... Es algo que nunca imaginé. Porque estaba claro... Me odiaba. Pero esa idea la pongo en pasado; porque evidentemente no es así.
+Gracias.
-¿Por qué?
+Por ser tú. Por quererme. Por todo, supongo.
-Siempre agradeces cosas insignificantes. No hace falta que me las des, ¿sabes?
+Si hace falta. Porque para mi valen mas las cosas insignificantes. Esas pequeñas cositas que pasan todos los dias y nadie se da cuenta de que ocurren, y de que si esa cosita no hubiera ocurrido, ahora mismo no estarias en ese sitio, o no hubieras dicho esa palabra, no hubieras sonreido... Son esas cosas las que poco a poco van construyendo las grandes cosas que todo el mundo agradece.
-Eres increible. Perfecta.
+No existe la perfección. Solo se ve cuando uno está enamorado.






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