Pececitos

lunes, 25 de abril de 2011

Y a empezar cada día con tantas ganas de ti.


-Lo que me quieras decir dilo a tu manera, y no te dejes llevar por comentarios de fuera.
+Hace daño sentir tanta hipocresia, palabras vacias, palabras que desesperan.
-Mi mundo es tu mundo, lo crea mi amor y tu rencor. +Mi tiempo es tu tiempo, tu orgullo alimenta mi pasión.
-Por lo que veo, no se te ha olvidado.
+Lo bueno no se olvida.
-Me lo tomaré como un cumplido.
+Lo es.
Sonrien los dos. Habia pasado un día desde que se marcharon, habían avanzado poco, pero a la vez mucho.
-Quien lo hubiera dicho.
+Los dos, en medio de ninguna parte, hablando sin discutir.
- Jajaja lo dices como si nunca hubiesemos estado bien.
+Solo digo que hacía mucho que no estábamos asi de bien.
-Hacía mucho tiempo que no estabamos juntos.
+También.
Él se levanta y le agarra la mano.
-Ven.
+¿A dónde?
-Tienes que dejar de preguntar tanto.
Ella se levanta y le sigue. Le gustaba seguirle y no saber a dónde, aunque eso signicase no tener el control de la situación, algo que ella no solia hacer. De hecho, con él era con la única persona con la que se dejaba llevar, en todo.
Llegaron hasta el final del camino.
+¿Y ahora?
-Tú sabras.
Ella salió a correr y él detrás. La agarró por la cintura y le dijo al oido;
-No va a ser tan fácil librarse de mi.
+No era mi intención.
-¿Entonces?
+Tú sabras.

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