"Prefiero la guerra contigo al invierno sin ti."

Echarte de menos era el mayor de mis miedos. Te fuiste tan lejos aquella vez que temí que no volvieras nunca, pero te encontré. Nos reencontramos y supimos seguir escribiendo juntos la historia, nuestra historia.  Y ahora vuelves a irte, o esta vez me he ido yo, no lo se. Pero echo demasiado de menos el roce de tus manos en mi espalda...
Pensamos que nuestro amor podía con todo, que iba a ser eterno, que nunca nos cansaríamos el uno del otro. Y darse cuenta de que nada es como lo pensamos, duele. Duele tantísimo que a veces pienso que ni siquiera tú vas a poder recomponerme, ni yo podré recomponerte a ti. Porque cada vez suenan más trozos de mi rebotando contra el suelo de la habitación. De una habitación que no es la tuya, de unas sábanas que no me tapan del frío. A lo mejor es porque ya nada va a ser capaz de protegerme del aire como lo hacías tú.
En todo caso, espero que algún día podamos volver a mirarnos, aún que sea. Mirarnos a los ojos y volver a sentir lo que solo nosotros sabemos sentir. Eso que todo el mundo busca y casi nadie encuentra. Eso de lo que tan orgullosos estamos de haber sentido.