Pececitos

martes, 20 de noviembre de 2012

Ni vos sin mi, ni yo sin vos.


Qué fecha, a qué hora, nace un amor es algo difícil de precisar. ¿Nace la primera vez que vemos a la persona amada?¿O la primera vez que, al buscarle los ojos, nos encontramos correspondidos con la misma mirada, esa que no pretende ver sino entrar a través de las pupilas?¿Nace la primera vez que pronunciamos su nombre como si invocáramos todo el universo?¿Nace cuando se dice, cuando se corresponde: 'Te quiero'?¿Nace y crece tan poco a poco que no se sabe cuándo nació? Nadie registra, cronómetro en mano, la fecha de nacimiento de un amor. Pero todo el mundo necesita un número rodeado con rotulador rojo en el calendario.
Lo verdaderamente difícil de precisar en el momento de marcarlo es por cuánto tiempo se seguirá celebrando. Del mismo modo en que no se sane cuál será el futuro de una semilla cuando se planta en el suelo, la incertidumbre también es la esencia de las semillas de los aniversarios.

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