Pececitos

jueves, 27 de diciembre de 2012

Siempre he dicho que prefiero sufrir yo, a ver sufrir a gente a la que quiero. A mi me da igual, me acostumbré al dolor y pocas cosas hay que me molesten. El cuerpo humano se acostumbra a las cosas. Cuando te haces una herida, al principio duele y duele mucho, pero luego se te pasa. Ese dolor sigue ahí, tu cuerpo se ha acostumbrado a ello.
Te metes por calles en las que no hay salida y te quedas allí sentada, esperando a que ese muro se caiga solo. A veces te da por empujarlo, pero sabes de sobra que tú sola no vas a poder tirarlo. Entonces ahí es cuando rompes a llorar, cuando ves que no tienes a nadie que te ayude, ni a tirar ese muro asqueroso que te impide seguir, ni a saltarlo. Y te encierras cada vez más en ti misma, porque tú siempre has intentado dar todo por los demás pero nadie ha dado nunca nada por ti.
Me da muchísima rabia, aquellas personas que se tienen el uno al otro y no saben aprovecharlo. Aquellas personas que tienen todo y no dan nada. Cada vez me lío más, no se cómo expresar lo que pienso y al final sale algo que no quería decir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario