Quiero aprender a quererte de nuevo.

Arriesgué por ti, jugándomelo todo. Pude quedarme sin nada. Pude haber perdido, perderte otra vez. Y mírame, amando cada puto lunar de tu cuello. Míranos, delante de ese banco, abrazándonos con la típica excusa de que hace demasiado frio. Perdóname por no ser tan romántica y el que no me guste que lo seas tú. Pero cariño, no sabes lo mucho que me dueles ya. Como para que vengas y encima quieras reconstruir todas mis ruinas. Lo peor es no poder pararte, se que tú lo vas a hacer. Vas a llegar agarrándome de la cintura para acercarme a ti, tanto que no pueda respirar más que tu aliento. Seguirás recorriendome la espalda con tus manos y yo no podré oponorme si me mirás con esos ojos. Me besarás, y en ese beso intentaré romperme del todo aunque sepa que tú harás lo posible para que mis pedazos no se caigan al suelo. Tú me mirarás, esperando con eso encontrar a la que era antes. Y sintiéndolo mucho, desde que te marchaste el otoño pasado no he vuelto a ser la misma.