Pececitos

viernes, 6 de diciembre de 2013

Pequeños detalles marcan la diferencia.

Desde que vuelve a cogerme la mano cuando paseamos por el parque, yo no soy la misma. O, simplemente, no se lo que soy. Se me olvida todo cuando sus manos rozan las mías, cuando se acerca para besarme. Se me olvida todo lo malo que existe allí fuera cuando estoy entre sus brazos. Cuando me abraza, como solo él sabe abrazarme. Y qué putada depender de alguien. Depender tanto. Nunca he querido que fuera así, pero te juro que ya no puedo vivir sin mirarle a esos ojos tan jodidamente bonitos que tiene.

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